viernes, noviembre 21

coplas

las hay como fruta fresca, se renuevan todo el tiempo, a veces con la placidez de una manzana, otras con la pasión de una cereza, siempre las mismas, siempre distintas. y aunque se vuelvan pasas, perduran inmutables y radiantes de sabores nuevos.

algunas son acordes escondidos en semillas de ámbar, pedacitos de espejo que guardamos en los mejores rincones hasta que vuelva la lluvia.

otras son como gatos que anidan en las cornisas y se divierten enredándose en nuestras piernas, provocando una caricia.

hay unas pocas que se pudren y no tiene ningún sentido conservarlas.


archivado en: letra y música

jueves, noviembre 20

correcciones

por esa época leías lo que yo escribía pero nunca me decías nada.
estoy segura de que lo leías y no me sorprendía que no me dijeras nada.
pero un día me llamaste a tu oficina, cerraste la puerta y te sentaste enfrente.
pensé que íbamos a laburar en tu cv o en tu informe o en algún paper, pero en el medio del escritorio había un solo pliego de papel continuo.
era un principio de cuento en el que estaba trabajando, algo bastante distinto a lo que había escrito hasta entonces. te lo había mandado como siempre y vos lo habías hecho imprimir. el trabajo era mío.
mientras doblabas el troquelado del papel para arrancar los agujeritos de los bordes me dijiste: acá está, yael, tenés que seguir por acá, esto es lo que tenés que escribir, me gusta mucho este texto, fijate las correcciones que te hice, son pequeñas pero fijate si no es mejor, pensalo.
nunca antes y nunca después volviste a corregirme nada más de esa forma.
pero me acuerdo el ancho infinito de la sonrisa que me guardé todo este tiempo como una foto de esa vez en tu oficina.
yo sabía que escribías bien, pero no sabía todo lo que escribías.
si hubiera sabido que escribías poesía, te hubiera podido mostrar las mías
si hubiera sabido cómo escribías...
todavía se me anuda la garganta cuando te pienso.


archivado en: dos (mil) años

jueves, noviembre 13

dispares

me los cruzo por la vereda de enfrente en sentido contrario.
él va corriendo de manual, embanderado en su fanatismo, cada movimiento es el indicado. le gusta correr porque lleva el deporte y sólo el deporte en su cuerpo y en su cabeza. corre como en esas películas épicas con música grandilocuente.
ella corre a su lado, aunque él no la registre. va a los saltitos y mueve mucho los brazos porque alguien le debe haber dicho que así es mejor, más tonificante, más ejercicio para bajar los kilos que no le sobran. actúa que corre porque a él le gusta que la gente corra. corre como en una de benny hill con música desopilante.
dispares, van corriendo para el lado del parque.

archivado en: run, forrest, run!

miércoles, noviembre 12

vistas

son cinco ladrillos de vidrio. azulados.
a través de los dos de arriba se ven animalitos de vidrio y papel maché. bellos y deformados. más lejos, la ventana abierta o las franjas de las persianas.
si están prendidos los veladores y tocaron las sábanas naranjas, la vista es envidiable.
es mi paisaje preferido desde la ducha.


archivado en: reloading