jueves, noviembre 20

correcciones

por esa época leías lo que yo escribía pero nunca me decías nada.
estoy segura de que lo leías y no me sorprendía que no me dijeras nada.
pero un día me llamaste a tu oficina, cerraste la puerta y te sentaste enfrente.
pensé que íbamos a laburar en tu cv o en tu informe o en algún paper, pero en el medio del escritorio había un solo pliego de papel continuo.
era un principio de cuento en el que estaba trabajando, algo bastante distinto a lo que había escrito hasta entonces. te lo había mandado como siempre y vos lo habías hecho imprimir. el trabajo era mío.
mientras doblabas el troquelado del papel para arrancar los agujeritos de los bordes me dijiste: acá está, yael, tenés que seguir por acá, esto es lo que tenés que escribir, me gusta mucho este texto, fijate las correcciones que te hice, son pequeñas pero fijate si no es mejor, pensalo.
nunca antes y nunca después volviste a corregirme nada más de esa forma.
pero me acuerdo el ancho infinito de la sonrisa que me guardé todo este tiempo como una foto de esa vez en tu oficina.
yo sabía que escribías bien, pero no sabía todo lo que escribías.
si hubiera sabido que escribías poesía, te hubiera podido mostrar las mías
si hubiera sabido cómo escribías...
todavía se me anuda la garganta cuando te pienso.


archivado en: dos (mil) años

No hay comentarios.: