miércoles, octubre 4

de un tiempo a esta parte estoy desarrollando una asombrosa capacidad para ser vecina de los amigos. no, no vecina de mis amigos (qué más quisiera), ni siquiera amiga de los vecinos (qué más quisieran ellos). de los ajenos. todavía no sé si es virtud o defecto, pero sí estoy segura de que la cosa tiene ciertos ribetes escalofriantes.


archivado en: yo vivía en un bosque muy contento.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hoy trataba de acordarme en qué categoría lo habías archivado y me salía
"me contaron que bajo el asfalto..."
Si, si... ya lo sé. No digas nada.

Anónimo dijo...

Mmmm... en lo que yo conozco, en los últimos meses has tenido una baja.

Pero no importa, dada la densidad de estreshas en la zona peculiar, en especial de las que tienen un mishón de amigos, todo es posible.

Bobby.

yael dijo...

es lo que pasa con las estreshas fugaces, no pueden quedarse quietas: van del bosque a la terraza, de la terraza al cantry y del cantry a debajo del asfalto. y mientras tanto, yo sigo coleccionado vecinos.

Anónimo dijo...

¿Lo de bosque lo decís porque hay algún gato montés? De esos hay varios en el Cotton Clú. Y efectivamente, después van al cantri, y diái (como decía mi abuelita) bajo el asfalto, que es, como dijo el poeta, un mundo distinto con gente que nunca ve el sol.

O sea, los laburantes del subte, ¿no?

Bobby.

Anónimo dijo...

Yo me perdí. Pero les dejo una enseñanza:
"No dejés de ver el árbol por ver el bosque"

yael dijo...

el rubro felino está sindudamente bien representado en este bosque, si señor.