miércoles, marzo 29

sin demasiado esfuerzo filosófico se puede afirmar que las películas son como los vinos. una primera, grosera y obvia clasificación las dividiría en tres categorías: tetrabrick (impresentables de toda clase), vino de mesa (las que sólo califican si no hay más remedio en el zapping) y vino fino (las buenas).

pero si enfocamos en lo bueno (que lo otro sería interminable), podemos ahondar y descubrir muchísimas facetas:

- hay películas nobles que son como un buen vino tinto madurado en roble, pelis que nunca envejecen y que podemos saborear en cualquier ocasión, porque las vemos cientos de veces y no sólo no nos cansamos sino que además les descubrimos secretos nuevos. son grandes pelis como el padrino, delicias como Pulp Fiction o Silence of the lambs, pero también otras menos resplandecientes como El fugitivo y hasta pequeñas gemas como Groundhog Day. bueno, esas, ustedes me entienden.

- a otras películas que al principio resultan livianas, hasta insípidas, porque hay que esperarlas, tenerles paciencia hasta que el tiempo haga de las suyas y nos las muestre en su esplendor. son pelis que en su momento capaz que pasaron desapercibidas, porque estaban verdes, y que a medida que pasa el tiempo van mejorando de tal manera que hasta perfilan para clásicos. cualquiera de tim burton, por ejemplo, todas ellas cada vez que las vemos son mejores. indiana jones. when harry met sally. siguen las firmas.

- hay pelis exóticas que son como los vinos raros, delicias para algunos, porquerías completas para otros. kill bill es el mejor ejemplo.

- también hay pelis que son como esos vinos que tomás una vez y están buenos, sobre todo porque sabés que es muy raro que los vuelvas a tomar. son las pelis buenas, que te hacen salir contento del cine o te salvan una tarde de lluvia, pero que, una vez que las viste, no te obligan a detener el zapping: ya está, ya lo vi. las primeras que se me ocurren son Something's Gotta Give (la de la lindísima pareja de Jack Nicholson y Diane Keaton), Riding in Cars with Boys y ya que estamos con Drew, hasta Charlie's Angels.

- hay otras pelis que son como los vinos blancos que hay que tomar bien jóvenes, porque la cresta de la ola se da enseguidita de estrenadas y después pierden vigencia estrepitosamente o envejencen mal. son esas pelis que nos deslumbraron en el cine y nos aburren soberana y crecientemente cuando las enganchamos en hbo. pelis como lost in translation, por ejemplo, que en cada repetición nos hacen abandonar un poquito más temprano.

- por último, hay pelis que la mayoría considera buenas, porque es socialmente aceptado decir que son buenas, o porque nadie se atreve a aceptar que son viejas, avinagradas o simplemente convencionales. pelis que nacieron avejentadas. como el carcassone, o el navarro correas. si digo campanella queda clarísimo el concepto.

yo no les prometí genialidades, lean de nuevo: "sin demasiado esfuerzo filosófico..."


archivado en taxidermias y maridaje.

2 comentarios:

b. dijo...

Qué buena The Groundhog Day! Pensar que la encntré una tade de lluvia y zapping y que cuando dejé el control remoto no daba ni 2 pesos x ella...Ahora cada vez que la veo me engancho. Y pensar que como Bill Murray, casi me sé de memoria que va a pasar a continuación!
saludos!
b.

yael dijo...

creo que no dabas dos pesos gracias al título pedorro que le pusieron en castellano. pero es un relojito la peli.