sábado, enero 20

y haciendo gala de una habilidad que evidentemente NO posee, el tipo suelta la mano izquierda del manubrio y, sin dejar de pedalear, se tapa el agujerito izquierdo, inclina la cabeza y parte del cuerpo a la derecha y sopla fuerte por la nariz: ffffrrrrr.

el moco vuela y describe una parábola verdosa hacia el asfalto.

no estoy muy segura, pero me parece que el primero en tocar el piso fue el flaco.

arriba suyo cayó la bicicleta.

al moco no lo vi.

mis carcajadas no deben haberle levantado la autoestima mucho que digamos.


archivado en: la vida es una pirueta absurda

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