martes, junio 27

*conductor 3* entrevista a *artista A*, quien experimenta novedosas técnicas para, pongamoslé, esculpir en vidrio. la temática es bastante interesante y las explicación bastante más detallada (porque no es cosa fácil, hay que tratar el vidrio de manera especial para que no corte, trabajarlo de manera que no se astille y/o evitar que todo se haga pelota justo con el último toquecito, etc.), por lo que la entrevista se alarga y *conductor 1*, un ojo clavado en el reloj y el otro en el operador, comienza a impacientarse y realiza inconfundibles movimientos de "redondeá, macho" dirigidos a *conductor 3*.

pero *conductor 3*, que es del mismo palo que *artista A*, su admirador más acérrimo y, seguramente, también quiere aprender a esculpir en vidrio, no le da ni medio de bola a *conductor 1* y sigue escuchando (ni siquiera preguntando) la cuestión ésta como si pudiera hacerlo durante horas.

claro que "conductor 1" no es de los que se rinden fácil, así que, sin dejar de gesticularle redondeos al indiferente y absorto "conductor 3", entra a buscar una frase en un revista. pasan los minutos, la charla, los gestos y la búsqueda siguen. el tiempo se mandó a mudar montado en alguna onda. pero entonces la frase aparece y, sin esperar demasiado la grieta adecuada, *conductor 1* espeta al aire:

-vos sabés, *artista A*, que como dice *filósofo x* "el arte, cuanto más pequeño, más explicación necesita", así que te agradecemos... (...)

de aquí en más, *conductora 2* jurará y perjurará que, en ese momento álgido de la radiofonía toda, escuchó una auténtica *lluvia de chanes*


archivado en: yo fui testigo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Insisto: "conductor 1" es un nabo del orto y no se merece ni a "conductora 3" ni a ninguna otra.

¡CHANNN!

yael dijo...

momentito, que *conductora* es *2*. por ahora, al menos.