miércoles, octubre 22

después de un libro pum hay que leer un libro pam, por eso anoche encaré la biblioteca buscando lo más suave, corto y digerible que pudiera encontrar, cosa de despejar un poco la ceniza. porque yo soy desas, viste.

convengamos que ya con el título no te deja demasiado espacio para la ilusión, pero bueno, lo que yo buscaba era un libro pam, así que dale me dije y lo intenté y lo que sigue es un alegato estremecedor, una historia de la vida real, algo que le puede pasar a cualquiera en cualquier momento... ¡no lo intenten en sus casas!

historias fugaces de hombres y mujeres está perpetrado por un tal Poli, carne de taller literario y supongo que alumno pertinaz, porque logró que su "maestro" lo comparara con Shepard y no sé qué otros dispartes que le escribió en la contratapa, que es lo único que está medianamente bien escrito en todo el libro.

si alguien quiere hacer el catálogo de cosas que un aspirante a escritor debe evitar, puede agarrar el librito de Poli y las tiene todas juntas, todas y cada una.


archivado en: probá con hepatalgina

2 comentarios:

Anónimo dijo...

veo que ya definitivamente se queda en la ducha largas horas a leer, me gustaba más cuando improvisaba...

yael dijo...

no, definitivo no... esto es un reality show de lectura nada más, y si me quedo largas horas en la ducha leyendo a Poli, me ahogo, te aseguro